Cuentan los ancianos que durante el esplendor del Imperio Purépecha, vivia un rey con su hija en una zona cercana a Patzcuaro, en Michoacán.La princesa Eréndira era la mas bella de la region, y como descendia de un guerrero, solo podia aspirar a enamorarse de un hombre con valor y arrojo en su corazon.
Pero lamentablemente esas cualidades las encontraria en el jefe de un ejercito enemigo.
Al enterarse, el rey contuvo su ira y prometio que los dejaria amarse, y que le concederia la mano de su hija, pero con una condicion : el guerrero primero tenia que pelear y vencer a todos los caciques enemigos. El acepto el reto sin vacilar.
Eréndira espero durante meses a su amado, quien regreso triunfante de la mision a exigir su parte del trato.
Sin embargo, el engaño del rey se descubrio una vez derrotados los reynos vecinos.
"Si ese es su deseo, estoy listo", contesto el guerrero preparandose para una ultima pelea.
La princesa entonces se planto en medio de los dos para evitar cualquier tipo de enfrentamiento, y le pidio a su amado que simplemente se fuera.
"No quiero que ninguno de los 2 muera. Si mi padre gana, te pierdo para siempre. Y si tu resultas el vencedor, no me podria casar contigo", explico.
El guerrero acepto la voluntad de la doncella, y se retiro ante la mirada ironica del rey quien, sin haberle propinado ningun golpe, habia ganado la lucha.
Impotente ante la situacion, Eréndira subio a la montaña para entregarse a un profundo e incansable llanto.
Tenia la esperanza de verlo regresar, pero jamas lo hizo.
Las lagrimas de la princesa eran tan pesadas y abundantes que formaron un pozo que luego se desbordaria con el transcurrir de los dias creando lo que, actualmente, conocemos como la Laguna de Zirahuén.
Los dioses la transformaron en sirena para que no muriera ahogada en sus propias lagrimas y, segun dicen, en ocasiones, aparece en la superficie para ahogar a los navegantes.
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